Interés general

Cruce a nado en Malvinas por el “derecho a identidad” de los soldados argentinos

por Mar Centenera

“Soldado argentino solo conocido por Dios” rezan 123 tumbas anónimas del cementerio de Darwin en Malvinas. Para exigir la identificación de todos los que murieron en la guerra contra Reino Unido por el archipiélago, en 1982, nadadores aficionados se preparan para cruzar el estrecho interisleño.

“Creemos que es una forma de contribuir. Los padres quieren saber cuál es la tumba de sus hijos para poder dejarles una flor. Y están muy grandes, se les acaba el tiempo”, dice a la agencia de noticias EFE Guido Ganim, uno de los cuatro nadadores que se lanzarán a las aguas heladas del estrecho de San Carlos, que divide las dos islas principales de Malvinas, hacia el próximo 15 de marzo.

Con el apoyo del cuádruple campeón argentino en aguas abiertas Claudio Plit, los amigos entrenan desde hace un año en Mar del Plata para superar el desafío de cruzar los seis kilómetros, conscientes de que las fuertes corrientes y el oleaje jugarán en contra.

Junto a Ganim, completan el cuarteto Martín Sánchez, Diego Picardo y Adrián Echevarría.

“Es una causa apolítica y sin fines de lucro”, define el deportista, quien confía en aportar su pequeño grano de arena por el “derecho a la identidad” de los excombatientes casi 34 años después de su muerte y apela a la solidaridad para ayudarles a costear la iniciativa.

“Les he dicho que lo primero, cuando lleguen, vayan al cementerio. Y van a ver que va a haber 123 compañeros que los van a empujar. No están solos”, alienta Julio Aro, titular de la fundación No me olvides, una de las promotoras de la identificación de los excombatientes.

En diálogo con EFE, Aro remarca que poner nombre y apellido a cada tumba “es muy importante para poder cerrar el duelo” y lamenta la lentitud con la que avanza el proceso.

Un total de 84 familias dieron su consentimiento y donaron muestras de sangre al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) para que lleve a cabo esta operación humanitaria.

El EEAF estima que, en un máximo de dos meses, puede desplegar un equipo de unas 20 personas, abrir las sepulturas, tomar restos, cerrar las tumbas y regresar a Buenos Aires para analizarlos.

Para cumplir la misión, los antropólogos forenses esperan desde hace más de un año luz verde de la Cruz Roja Internacional y de los gobiernos de Argentina y Reino Unido, enfrentados por la soberanía de las islas, bajo dominio británico.

“Hay que diferenciar lo humanitario de lo político. Esto es algo humanitario, no político”, repite Aro.

Aunque la tensión diplomática es una de las principales causas que frenan la identificación, no es la única.

Un grupo minoritario de familiares se opone. Creen que puede “reabrir heridas innecesarias”, según César Trejo, apoderado de la Comisión de familiares de caídos en Malvinas e islas del Atlántico Sur, en especial si hay fallos en el proceso y se filtran imágenes a los medios.

“Hay que lograr la unanimidad. Lograr que las familias que no quieren, no se sientan afectadas por ello”, agrega Trejo.

La vasta experiencia y prestigio del EEAF, que participó en la identificación de restos óseos en todo el mundo, derribó muchos miedos. Entre ellos, el temor a que Reino Unido aproveche la exhumación para trasladar los cuerpos fuera de las Malvinas.

“Las familias no quieren que los cuerpos sean trasladados al continente”, coinciden Aro y Trejo.

“Se ha utilizado esa excusa para asustar a los familiares”, dijo meses atrás el titular del equipo de antropólogos forenses, Luis Fondebrider, quien subraya que los ex combatientes permanecerán en suelo malvinense y solo se tomarán pequeñas muestras, de dientes principalmente, para los análisis genéticos que permitan revelar su identidad.

“Sólo piden que los dejen tomar una muestra de ADN para saber. Toda madre tiene derecho a saber dónde está su hijo”, afirma convencido Ganim, con la esperanza de que su “Cruce por la identidad” contribuya a cumplirlo.

La guerra entre los dos países por la soberanía de las Malvinas, entre el 2 de abril y 14 de junio de 1982, causó la muerte de 255 militares británicos y de más de 650 argentinos.

EFE.

Te puede interesar

Cargando...
Cargando...
Cargando...